El Papa pide rigor y agilidad en los procesos de nulidad
El Papa Francisco recibió la mañana del segundo sábado de marzo (12-3-2016), en el Aula Pablo VI del Vaticano, a los participantes en el curso de formación de la Rota Romana sobre el nuevo proceso matrimonial y sobre el procedimiento super rato. Las nuevas disposiciones en esta materia – dijo el Pontífice – muestran la solicitud de la Iglesia hacia los fieles que esperan una rápida verificación de su situación matrimonial.
Durante el reciente camino sinodal sobre la familia – afirmó el Papa – han surgido “fuertes expectativas para volver más ágiles y eficaces los procedimientos necesarios para la declaración de nulidad matrimonial. En efecto, muchos fieles sufren a causa del fin de su propio matrimonio y, con frecuencia, se sientes oprimidos por la duda acerca de si era válido o no. Francisco explicó que estos fieles se preguntan si ya había algo en las intenciones o en los hechos para impedir la efectiva realización del sacramento. Y añadió que estos fieles, en muchos casos, encontraban dificultades para acceder a las estructuras jurídicas eclesiales a la vez que advertían la exigencia de que estos procedimientos se simplificaran.
“La caridad y la misericordia, sumada a la reflexión sobre la experiencia – prosiguió diciendo el Obispo de Roma – han impulsado a la Iglesia a hacerse más cercana aún a estos hijos suyos, saliendo al encuentro de su legítimo deseo de justicia”. Y recordó que el 15 de agosto del año pasado fueron promulgados los documentos Mitis Iudex Dominus Iesus y Mitis et Misericors Iesus, “que han recogido los frutos del trabajo de la comisión especial instituida el 27 de agosto de 2014 tras casi un año de trabajo.
“Estas disposiciones tienen un objetivo eminentemente pastoral: mostrar la solicitud de la Iglesia hacia aquellos fieles que esperan una rápida verificación sobre su situación matrimonial. En especial, ha sido abolida la doble sentencia conforme y ha iniciado el llamado proceso breve, poniendo en el centro la figura y el papel del Obispo diocesano, o del Eparca en el caso de las Iglesias orientales, como juez de las causas. De este modo se ha valorizado ulteriormente el papel del Obispo o del Eparca en materia matrimonial; en efecto, además de la verificación desde el punto de vista administrativo – rato e non consumato –, a él ahora se delega la responsabilidad del camino judicial para la verificación de la validez del vínculo”.
“Es importante – dijo el Santo Padre – que se acate y profundice esta nueva normativa en el mérito y en el espíritu, especialmente por parte de los operadores de los Tribunales eclesiásticos, para ofrecer un servicio de justicia y de caridad a las familias. Para tanta gente, que ha vivido una experiencia matrimonial infeliz, la verificación de la validez o no del matrimonio representa una importante posibilidad; y estas personas deben ser ayudadas a recorrer este camino con la mayor facilidad”.
Además, el Pontífice exhortó a “trabajar teniendo siempre fija la mirada en la salus animarum, la salud de las almas, que es la ley suprema de la Iglesia”.
“La Iglesia es madre y quiere mostrar a todos el rostro de Dios fiel a su amor misericordioso y siempre capaz de volver a dar fuerza y esperanza. Lo que más nos interesa con respecto a los separados que viven una nueva unión es su participación en la comunidad eclesial. Pero mientras curamos las heridas de cuantos requieren la verificación de la verdad sobre su matrimonio fracasado, miramos con admiración a aquellos que, incluso en condiciones difíciles, permanecen fieles al vínculo sacramental. Estos testigos de la fidelidad matrimonial deben ser animados y señalados como ejemplos que hay que imitar. Tantas mujeres y hombres soportan cosas pesadas y gruesas, para no destruir a la familia, para ser fieles en la salud y en la enfermedad, en las dificultades y en la vida tranquila: la fidelidad. Y son buenos, ¡eh!”
(Fuente: Tribunal Eclesiástico de Bogotá).